FUNDAMENTOS PARA EL EMPRENDIMIENTO Y DESARROLLO SOCIAL DESDE EL COOPERATIVISMO
Por: Bibiana Cossio
Quienes hemos trabajado en el sector cooperativo y de la economía social, descubrimos en cada oportunidad que tenemos de compartir con la comunidad, la importancia del trabajo en equipo, el reconocimiento de la labor social, la construcción equitativa de las diferentes metas que se generan en cada comunidad y reconocer la dignidad, la equidad, el emprendimiento, el espíritu colaborativo y la potencialidad que todos los seres humanos tenemos para el crecimiento social de nuestro entorno.
El ejercicio de la responsabilidad social empresarial en el ámbito tanto económico como social; y descubrir la interculturalidad, el arraigo social y la participación de las personas para su crecimiento y bienestar; fundamentan nuestra valoración sobre la importancia de la función social para el desarrollo de cualquier comunidad.
El haber efectuado mis estudios universitarios en administración de empresas, una especialización post universitaria en responsabilidad social empresarial, Master en economía social y cooperativismo, constituyen apenas un pilar formativo para abordar el sector, sin embargo, es el trabajo sobre el terreno con las comunidades, lo que me ha permitido tener una visión más objetiva y acertada sobre el entorno social que rodea el fenómeno de la migración en España.
Según cifras oficiales, el 80% de los inmigrantes que se encuentran en España, tienen formación laboral y el 42% estudios universitarios; por lo general todos con una amplia experiencia en sus lugares de origen. Se trata de mano de obra y experiencia que perfectamente podría aportar a la economía española. Es decir, venimos preparados para seguir construyendo desde la realidad que nos acompañe.
Pero, no es fácil superar los obstáculos administrativos que las personas migrantes encuentran en las oficinas de Extranjería.
Los ciudadanos, de diferentes latitudes que han migrado a España por diversos motivos, en definitiva nada tienen que ver con sus capacidades y potencialidades. Pero hay algo muy importante que todos tienen en común, que es conseguir su propio crecimiento mediante la inserción en la economía y la sociedad de acogida.
En este punto, es importante anotar que las personas inmigrantes también tienen que enfrentar los estereotipos, desafortunadamente muy extendidos en España (y otros países). Entre estos, que los extranjeros llegan para quitarle el trabajo a los españoles, lo cual definitivamente no es así, pues se trata de una percepción errónea. Por el contrario, se puede construir conjuntamente desde la migración, dejando huella, creando mercados, aumentando el movimiento de la economía, generando consumo y aportando al crecimiento social.
Un migrante genera consumo en los sectores de alimentos, vivienda, ropa, servicios públicos, recreación, comunicación, transporte, tecnología, mobiliario, entre muchos otros, generando empleo e ingresos para los españoles y el sistema tributario del país.
Desde nuestro trabajo en el sector social español, se observa una gran oportunidad: que la migración también sirva para mitigar el fenómeno de la España vaciada. Pueblos del interior de la Comunidad Valenciana están sufriendo los embates de la despoblación, lo cual acarrea pérdida de economía, tradiciones, escuelas, servicios básicos y otras circunstancias que les ponen en riesgo extremo de desaparecer.
Fue en este contexto, que tuve la oportunidad de formar parte del equipo de trabajo del proyecto migraCOOP, que recoge e integra estos dos fenómenos de manera inclusiva, sin perder de vista el valor de los principios cooperativos que están tan arraigados en la sociedad latinoamericana y española; con la posibilidad de aportar desde mi propio proceso migratorio.
A través de MigraCOOP he podido conocer la dimensión del impacto cooperativo en la sociedad española, y por que no, europea; y vislumbrar en él muchas posibilidades de fomento de los proyectos de emprendimiento.
La migración ha sido valiosa para el crecimiento español, especialmente en las últimas tres décadas, y de alguna manera la interculturalidad que ha tenido la península ibérica por generaciones, han enriquecido la actual cultura española.
El proyecto migraCOOP, recoge todos estos fenómenos y pone en valor la economía social y cooperativa, para construir realidades que aportan a la construcción de una sociedad más dinámica y equitativa, que está dejando huella en la sociedad española.
Es evidente que la mano de obra y el talento del migrante facilita y enriquece la interculturalidad y el desarrollo social, y por ello debe cambiarse la óptica del “migrante que genera lástima” a la de un migrante constructor, activo, preparado y motivado para seguir construyendo y aportando al país.
En este sentido es recomendable fomentar los principios cooperativos, reforzar los valores de la economía social y llamar a la Unidad social, entendiendo que desde la economía social y cooperativa es posible el crecimiento de la sociedad, y puede ser un motor para los procesos de acogida de personas que viven y sienten un proceso migratorio, pero que sin duda tienen la capacidad de salir adelante, con o sin el apoyo gubernamental, con dignidad, respeto y equidad trasnacional.
Conocer de cerca el proyecto migraCOOP ayuda a entender los fundamentos de una nueva sociedad española, donde el fenómeno de la inmigración es clave para la recuperación económica y poblacional.