En este artículo, Xavier Vicedo, Agente de Cambio en Montitxelvo (València) recrea la idea de poner en marcha un proyecto cooperativo en su comunidad, con el propósito de generar actividad económica.
Se trata de un relato sobre el modelo cooperativo como alternativa para la atención de personas mayores que viven solas. El objetivo es generar bienestar y empleo de calidad.
Emilia y Rosa conversan sentadas en un banco de la plaza mayor. Por la familiaridad con que se comportan y la edad, 86 y 31 años, respectivamente, podríamos pensar que se trata de abuela y nieta.
La realidad es otra. Rosa, psicóloga, nacida en la ciudad, tras varios empleos de camarera, encuestadora, captadora de benefactores de una ONG, etc. decide acudir a la llamada que le hace su amiga y compañera de estudios, Olga, quien ha regresado a la casa familiar en el pueblo.
Olga y Rosa se han incorporado a una empresa cooperativa, iniciativa de un grupo de mujeres de la localidad que se dedicaban a los cuidados de personas mayores y dependientes.
Emilia, perdió hace dos años a Bautista, su marido y compañero desde la adolescencia. El nuevo estado ha mermado su salud física, mantiene muy clara y despierta su mente, pero el cuerpo se resiente y tiene grandes dificultades de movilidad por lo que precisa de ayuda.
Emilia tiene dos hijas que trabajan y viven en la ciudad, y, donde han formado una familia. La visitan con regularidad, pero no pueden estar pendientes de ella. En más de una ocasión, desde que falleció Bautista, le han propuesto que se traslade a casa de ellas, pero ¿quién quiere cambiar de casa en la ya última etapa de vida?... dejar de oír las campanas del pueblo, no poder conversar con los vecinos de siempre o dejar de pasear por la plaza mayor, tan cerca de casa.
Emilia entiende que sus hijas han de hacer su vida y se alegra siempre de sus visitas, pero del día a día prefiere ocuparse ella misma, como ha hecho siempre.
LA COOPERATIVA
Viu a Casa, es el nombre de la cooperativa de cuidados que Rosa junto con su amiga Olga y otras seis personas, entre ellas dos hombres, constituyeron hace ya dos años.
El proceso fue laborioso pero con la ayuda de Fevecta pudieron dar forma legal y formal a la empresa e iniciar su actividad.
El proyecto, que plantea un servicio persona a persona, surge de la necesidad de generar actividad económica en la localidad. Atender aquello que se precisa es el mejor modo de generar actividad. Con un elevado porcentaje de población mayor de 70 años, el cuidado a domicilio, constituye una necesidad primordial que atender.
¿Qué valores han de dirigir nuestra actuación? ¿Qué nos va a diferenciar del actual servicio que se presta de forma individualizada o en residencias de poblaciones cercanas?
Queremos cuidar a las personas, así que la atención ha de estar situada en cada persona como individuo y como miembro de un colectivo, conocer a nuestro cliente, conocer su entorno, a sus vecinos, atenderlo en su casa y favorecer actividades sociales y lúdicas que le permitan mantener sus capacidades psíquicas y motrices, relacionarse con sus convecinos y sentirse útiles para la sociedad.